La Teoría del Paraguas
A la
Atención de mi Grupo de 3º ESO A del IES ALDECOA CURSO 2015-16
Todo
comenzó con las últimas lluvias. La pelea entre madres e hijos sobre la
utilización del paraguas. La conversación era casi la misma en todos los
ámbitos en que me movía. Los jóvenes no utilizaban paraguas y en muchos casos
ni abrigo que les protegiera. Una simple sudadera de moda o una chaqueta con
algo de impermeabilidad y poco más. Resultado, caladitos hasta los huesos
cuando volvían a casa.
Esto se
vio agravado el primer día de instituto, cayeron goterones sobre el asfalto que
hizo que los jóvenes siguieran con su misma manía, y las madres con la suya.
Pero además ni la utilización del coche evitaba tales calados, ya que solo es
utilizado para llegar a la puerta del instituto, y poco más. Resultado,
caladitos hasta los huesos cuando volvían a casa.
Madres e
hijos enfrentados por la maldita lluvia, tan necesaria para el campo pero tan
odiada para la convivencia familiar y todo por un maldito instrumento, EL
PARAGUAS. Y digo yo, ¿qué pasa por utilizarlo?
Cansado de
luchar en casa, pues reconozco que mi mujer tiene poca ayuda por mi parte ya
que yo tampoco lo utilizo, me puse a investigar y preguntar. Cuando se es joven
la mayoría no lo utiliza y sin embargo muchos que lo odiaban, cuando llegan a
la madurez, lo utilizan en cuanto caen varias gotitas de agua. ¿Por qué será?
Pregunte a
mis alumnos de 3ª ESO A y las respuestas fueron muchas y variadas, pero aquí
resumiré un poco la idea que ellos transmitían, con la idea que tienen las
personas adultas más cercanas a mí.
La primera
idea es la de POSITIVIDAD, cuando más joven se es más positivo eres. Piensas en
que no va a llover, que si acaso son cuatro gotas, que para eso no merece la
pena llevar paraguas, que no te vas a mojar, y cuando quieres darte cuenta
CALADO. Según avanza la edad aparece la NEGATIVIDAD, llevas el paraguas por si
esas nubes traen lluvia, parecen muy negras, seguro que se tira todo el dia
lloviendo, me voy a calar hasta los huesos, y luego NO LLUEVE, pero lo llevas.
Además el
no llevar paraguas de una idea de LIBERTAD, el sentir el agua sobre nuestra
cabeza lo reafirma, el poder correr entre los charcos libremente. No ven la
lluvia como un enemigo, como algo malo, al revés es divertido. Un paraguas da
la sensación de estar encerrado sobre cuatro paredes, corta nuestra libertad de
acción, de movimiento y no digo ya si hay un poco de viento.
Es verdad
que para un adulto da sensación de PROTECCIÓN ante un día complicado
meteorológicamente hablando. Evita que ese traje se humedezca, ese peinado se
vaya al traste, las posibles consecuencias de estar arrecíos todo el día por el
frio que has cogido, la posible enfermedad que eso acarrea y las dificultades
que eso conlleva tanto en el trabajo como en casa. Bueno y si ya tienes hijos,
FRENADOL, no hay otro remedio.
Y la
IMAGEN, ¿qué es un joven con un paraguas? un FRIKI. Si nadie lo lleva por qué
lo va a llevar YO. Es una carga, solo lo utilizas 10 minutos y tienes que estar
pendiente de él todo el día que pasas en el instituto. Es verdad que sirve de
ESPADA LASER, y puedes jugar a la Guerra de las Galaxias. Ah, pero se termina
rompiendo y problemas en casa. Que era de tu abuelo, que hay que tener más
cuidado, vamos explicaciones por dosier. Lo mismo que si lo pierdes, o te lo
dejas en algún lado, o se lo dejas a un amigo que vive más lejos.
En
definitiva para un joven no tiene ninguna utilidad salvo varios minutos al día,
insignificante para toda la vida que les queda. Para los adultos es un tiempo
precioso, ese tiempo que se puede perder y que no quieren perder.
Hemos
visto como un instrumento tal útil para la sociedad puede crear tantos
problemas de convivencia en una familia cuando comienzan las lluvias. Solución,
QUE NO LLUEVA MAS POR FAVOR.
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